La carretera era, como en muchos otros lugares dejados de la mano de Dios que hemos pasado por aquí, una eterna linea recta sin rastros de civilización.
En un momento paramos el coche y salimos a disfrutar de los Joshua Trees y a pasear a Mac. Los Joshua Trees es un tipo de cactus espectacular propio de California y Arizona.
Esta vez a Mac le molestaba el viento y se hizo la remolona dentro de mi camiseta.
Finalmente llegamos a la parte más espectacular: las Mesquite Dunes. No hay palabras para describir estas imágenes. Aún nos parece sorprendente que se puedan disfrutar de tantos paisajes tan distintos en tan pocas horas de carretera (entre el Mono Lake y el Death Valley solo hay tres horas). A pesar de la hora teníamos miedo de quemarnos por el sol y que Mac se deshidratara en el coche, así que apenas estuvimos diez minutos.
El último tramo era más montañoso. Este era un punto bastante fotogénico para hacer fotos de puestas de sol, pero como tampoco teníamos muchas ganas de esperar una hora a que el sol se pusiera, hicimos un par de fotos y seguimos avanzando.
Esta noche teníamos reserva en el Hotel Opera Amargosa, pero no pondremos fotos ni daremos muchos detalles, ya que se trata de un "tugurio" en medio del desierto (con una rica e interesante historia, que no viene al caso). El aire acondicionado funcionaba, el baño no hacía olor, y no había ninguna cucaracha ni chinche a la vista, por lo que tampoco nos podemos quejar.
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