El nombre no es muy acertado: Dentro-Y-Fuera, ¿el qué? ¿el cliente dentro del local, o la hamburguesa dentro del cuerpo? Bromas a parte, esta cadena de hamburgueserías tiene una filosofía muy interesante respecto a sus productos, que se podría resumir en dos líneas: poca variedad, y alta calidad. El primer punto es el que llama la atención nada más entrar. Si entras en un In-N-Out, esencialmente tu elección se reduce a lo siguiente: hamburguesa (con/sin queso, con/sin cebolla), patatas fritas, y bebida o batido. Y punto. No hay cinco estilos de hamburguesas diferentes, ni pollo frito ni los típicos complementos o novedades que se ven en un McDonalds o en un Burger King. Todas las hamburguesas llevan lechuga (fresca), tomate (fresco), cebolla y queso (si quieres) y un poco de salsa.
El segundo punto que uno aprecia es la calidad, no sólo de la comida, sinó también del local. Hay un montón (pero un montón) de trabajadores en la cocina abierta, preparando todos los pedidos. ¿Preparando? En efecto: cortando lechugas y tomates, usando una máquina de cortar patatas (de veras: no son congeladas), y preparando las hamburguesas. Como hay tan poca elección de comida, In-N-Out puede garantizar que todos los productos que se usan son absolutamente frescos, ni siquiera han llegado a congelarse.
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