Sunday, June 5, 2011

Vermilion Cliffs State Park, UT-AZ

Después de haber visitado tenido la suerte de poder visitar el Subway en Zion National Park, hicimos un intento desesperado el día siguiente de visitar "The Wave" (la ola), en el Vermilion Cliffs State Park. Las fotos, desgraciadamente, no son nuestras.
Únicamente se conceden 20 permisos al día, por sorteo, 10 de los cuales se celebran el día previo al día de visita (los otros 10 deben reservarse online con cuatro meses de antelación). Con la intención de conseguir uno de estos permisos nos levantamos temprano después de la visita al Subway, y nos dirigimos a la Ranger Station donde se realiza el sorteo cada mañana a las 9.00h. El lugar estaba a dos horas y media en coche de nuestro hotel, y además, hubo una pequeña confusión de horarios (the Wave está en el estado de Arizona pero la estación del Ranger donde se realiza el sorteo está en Utah, donde es una hora más tarde), por lo que cuando llegamos al sitio el sorteo ya se había realizado. (Tampoco es que tuviéramos muchas posibilidades: más tarde vimos que cada día se sorteaban 10 permisos para un promedio de 50-70 participantes por día).
No podríamos verlo, pues, en este viaje. (Al menos, no tendríamos que hacer otro viaje al día siguiente para hacer la excursión). Y puestos que ya estábamos en la zona, que mejor que hacer la excursión de consolación que habíamos previsto por si no podíamos conseguir el permiso: el Wire Pass (paso de alambre). Estas son algunas de las fotos del interior del Wire Pass (de nuevo, no son nuestras).
El Wire Pass debía haber sido una excursión sencilla, o eso decían: apenas 1.7 millas, sin apenas desnivel, por un camino señalizado. Los problemas ya empezaron temprano: para llegar al inicio del camino, teníamos que hacer 8 millas (13 kilómetros) de camino de tierra, piedras y baches por el que avanzábamos a 25 kilómetros por hora, para no dañar las ruedas y la suspensión de Carrie. Finalmente, llegamos al inicio del camino, pero pronto nos dimos cuenta que las 1.7 millas que pensábamos que eran dentro del cañon de las fotografías, en realidad se trataban de 1.7 millas de desierto que había que cruzar hasta llegar al cañon. Y no eran millas cualquiera, sinó millas de excursionista (o eso nos pareció a nosotros) por un camino no muy bien señalizado.
El primer trozo del camino era arena rojiza, relativamente cómodo (en comparación con el Subway del día anterior) pero cansado. Como se podía apreciar, no éramos precisamente Lawrence de Arabia.
El siguiente trozo, sin embargo, requería cruzar unas formaciones rocosas espectaculares. Aquí hay varias fotografías.
 
La entrada al cañón probablemente no estaría muy lejos, pero decidimos darnos la vuelta: aunque traíamos agua abundante, como se puede apreciar en las fotografías no estábamos preparados para el sol del desierto porque pensábamos que la entrada al cañón estaba más cerca del parking, y además estábamos bastante cansados del día anterior. Fue una pena, pero sin duda fue la decisión más prudente.

A la vuelta, paramos a reponer fuerzas con una hamburguesa de búfalo (o eso dicen, la verdad es que sabe igual) y a mirar un par de trading posts (tiendas turísticas que imitan un puesto de venta del oeste) que encontramos de camino.

En la sección de fauna, hemos de decir que nunca habíamos visto tantos lagartos (algunos más grandes que un palmo). Esta foto es del principio del camino, cuando no sabíamos todavía los muchos lagartos que llegaríamos a encontrar. Está hecha con el iPhone, por lo que tiene menos calidad. ¿Veis a Wally tomando el sol?
Los lagartos eran sorprendentemente veloces (se movían dando saltos), pero vimos tantos que no fue difícil fotografiar alguno. También llegamos a ver a un mamífero algo más grande que una ardilla, pero no tuvimos tiempo de fotografiarle.

Por último, un cactus florecido. Vimos bastantes, tanto de camino al Subway como en esta excursión.

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