Thursday, July 5, 2012

Big Island, Hawaii, HI

Escribo con dos días de retraso, en mitad de la noche, debido a la diferencia horaria que aún nos hace ir algo desfasados (3 horas con respecto a California, 12 horas con respecto a España).
Hace dos días llegamos a Big Island, la isla más grande del archipiélago de Hawaii, cuyo nombre verdadero es Hawaii pero al coincidir con el nombre del archipiélago entero resulta un tanto confuso cuando la gente se refiere a la isla por su verdadero nombre.
Desde el primer momento uno es consciente de los tremendos cambios de vegetación y climas: desde la carretera se aprecia la roca volcánica negra que gradualmente y en dirección radial cambia hasta convertirse en las frondosas playas de palmeras. A lo largo de la isla el clima también cambia, así como la altitud y la vegetación: desde zona de selva hasta zona volcánica. Pero eso aún está por explorar :)
Por el camino paramos en una Hamakua Macadamia Nut Farm (una granja de nueces de macadamia). Si alguien, como a mi, le apasionan las nueces de macadamia entrar en este sitio es lo más parecido a entrar en el paraíso. Ya en la entrada hay un sitio de degustación de nueces con diferentes sabores desde miel hasta wasabi. Salimos de allá con provisiones para varios días.

Mis principales objetivos en cuanto a fauna eran los geckos, las green sea turtles (tortugas) y los delfines pero en poco tiempo descubrimos que hay muchos más animales como estas cabras salvajes que merodeaban los bordes de la carretera.
Finalmente, llegamos a el cottage (http://www.alohacottages.net/plumeria.html) donde pasaremos los primeros 5-6 días (de los que ya llevamos 2).
Una de las sorpresas de la siguiente mañana fue descubrir dos ejemplares de Gold dust day gecko en el jardín del cottage. Estos lizards están entre los más coloridos del mundo y les encanta el néctar (aunque también comen insectos). Fascinantes e irresistibles tanto en apariencia como en comportamiento. Me sorprendió especialmente su diminuto tamaño, aunque según la wikipedia, pueden llegar a medir 22 cm. Otro dato curioso, las hembras no necesitan copular para generar una prole, un tipo de reproducción asexual conocida como partenogénesis. Esto hace que extenderse por nuevas islas sea más fácil.
Pudimos conocer más sobre los geckos visitando el Coffee Shack en Kona, un lugar turístico por su comida y, especialmente, porque varias decenas de geckos visitan la terraza en busca de las golosinas que los dueños les dejan.
Pudimos disfrutar una vez más de estos divertidos animalitos que te hacen descubrir que los reptiles también pueden ser excepcionalmente bellos. Sin duda serían habitantes frecuentes en mi propio e idílico La-la-land.
Eran extremadamente prudentes, permanecían alerta, estudiándote, escondiéndose y reapareciendo entre los barrotes, con extrema paciencia pero con un único objetivo en mente: conseguir acercarse a la lata de golosina.
 Aquí se puede apreciar el tamaño.
 Valiente pero prudente ...
 Hay para todos ...
Durante estos dos días hemos practicado algo de snorkeling en varias playas. La pena es que no acostumbramos a llevar la cámara buena a estos sitios sino que hemos recuperado la vieja cámara compacta y la hemos convertido en cámara acuática comprando una funda de plástico especial para este propósito. De manera que las fotos de paisajes de momento no son muy espectaculares.
 Es difícil de apreciar el cangrejo de color negro que hay sobre esta roca.
 En esta playa es el lugar donde tuvimos nuestra primera gran experiencia haciendo snorkeling y también uno de los sustos más grandes que recuerdo. Vimos nuestra primera tortuga en el agua, aunque no llegamos a tiempo de fotografiarla, y varios peces tropicales. Entusiasmados, decidimos rodear el arrecife saliendo de la cala. No era arriesgado, pues había otras personas haciendo snorkeling por el mismo lugar. Sin embargo repentinamente la corriente se hizo más agresiva y resultaba imposible avanzar en dirección a la costa. Soy una nadadora experimentada desde hace años y tengo bastante fuerza, pero aún así notaba la sensación de impotencia: de ver como te cansabas sin apenas avanzar. El tiempo de aquella experiencia se me hizo eterno. Afortunadamente conseguí frenarme con los pies en una de las rocas e impedir que la ola me arrastrara más. Aproveché la misma roca para darme impulso y salir de aquel punto crítico, lo suficiente para poder regresar. Omer tuvo una experiencia similar.
El susto no acabó allá, ya que cuando llegamos a la roca donde estaban las toallas descubrimos que la marea había subido y casi se nos lleva las cosas.
 Varias fotos de la experiencia.
 Uno de los arco iris más bonitos que hemos visto finalizó el dia.

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