Friday, July 8, 2011

Olympic Game Farm, WA

Al salir de Forks y encaminarnos a Seattle (la capital del estado de Washington) decidimos pasar por el Olympic Game Farm que es una mezcla entre zoo y safari. El lugar tiene un curioso origen: parece ser que ha colaborado con los Estudios de Walt Disney durante 28 años entrenando a diversos animales actores. Se atribuyen los créditos de diferentes películas como “Charlie the Lonesome Cougar”, “The Incredible Journey”, “White Wilderness” o “Grizzly Adams”. Tras la muerte del bonachón señor Walt Disney parece ser que la compañía empezó a alejarse de este tipo de películas con animalitos entrañables, de manera que los entrenadores y cuidadores tuvieron que reorientar su negocio: un pequeño safari donde los turistas pueden hacer un "drive-thru" por dentro y dar de comer pan a los animales. Los herbívoros gozan de entera libertad y llegan a meter la cabeza completamente dentro de las ventanas de los coches impidiéndote avanzar, tipo "manos arriba esto es un atraco", en esos momentos mejor haber traído unas cuantas rebanadas de pan!!!


Si consigues superar este pequeño inconveniente, especialmente la pequeña persecución del bisonte americano (algunas fotos del momento estelar arriba de estas líneas), puedes disfrutar de la proximidad de distintos animales algunos de ellos preciosos y todos ellos muy amistosos (a pesar de sus pocos modales). Como esta pareja de Tibetan Yak y Spotted Fallow Deer (que se ptraduce como ciervo de color marrón claro con topos, toda una prueba de originalidad)


O esta cebra: había que ir con cuidado al retirar la mano si le dabas pan ....

No podía faltar el alce propio de la zona: el Roosevelt Elk, incluyendo varios cervatillos al estilo Bambi.
 El bison americano y algunas otros tipos de ciervo que podían variar de color entre el blanco y el negro.
 
 Una de las estrellas sin duda era el Kodiak Bear, un tipo de oso pardo propio de las islas Kodak (Alaska, USA). Es la especie de oso marrón más grande y poco común. Parece ser que tienen algunas diferencias con sus familiares los osos marrones. Se dice que son más listos que los perros y al observarlos como hacian trucos para recibir la comida de los turistas, uno llega a convencerse de ello. Uno de ellos incluso llegaba a saludar (como se ve en la última foto) y otro disfrutaba de una baño matutino en un pequeño charco. ¿No os viene a la cabeza el oso Yogi? Por precaución una pequeña valla separaba a los osos pero eso no impedía que pudieras interactuar con ellos (tirándoles comida principalmente). Aún así tenían un amplio espacio para campar a sus anchas. También habían osos negros pero no eran tan sociables.
 
Y eso era básicamente la parte de safari: un montón de herbívoros curioseando alrededor de los coches. Los carnívoros no gozaban de los mismos privilegios: estaban en jaulas y para más tortura con un montón de apetecibles presas campando a sus anchas a la fresca. Aunque es comprensible que no sean faciles de mezclar con los demás animales, uno siente un poco de lástima, especialmente porque el contraste con los que estaban libres hace más evidente que no deben de pasarselo demasiado bien. Tenía especialmente ganas de ver a los lobos y me gustaría haberlos podido ver en un entorno más natural. También había varios ejemplares de fauna americana como linces, pumas y coyotes. Por supuesto se incorporaba también un llamativo tigre de Bengala.


 Y muchos animales distintos más como gansos y conejos que no llamaban mucho la atención entre tanto mamífero metiendote el cabezón por la ventana o pavos reales y perros de las praderas que si consiguieron arrancar alguna foto.
Valió la pena la experiencia.

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