Descubrimos este lugar por casualidad el año pasado cuando pasamos una noche en un fantastico spa en Half Moon Bay (un treat especial justo antes de dar a luz a Emma y que mi vida volviera a ser caotica).
Es un rincón accesible al lado de la carretera principal donde se recrean todas las atracciones favoritas de los peques: trenecito que da vueltas al parque-rancho, paseos en pony, cabras mansitas, coches, jumpers para saltar y snacks.
Es fantastico porque además del spa en la misma carretera hay bastantes nurseries con plantas variadas por lo que aprovechamos para revamp del jardin.
Lo mas adorable han sido los baby goats que habian este año.