La mayoría de encuentros que tuvimos con Elks fueron con poca luz, o bien al atardecer o bien al amanecer. De hecho en la entrada al parque cerca de donde nos alojábamos frecuentaban dos grupos de Elks: una manada de hembras con algunas crias ya bastante crecidas - entre ellas un macho jóven - y un grupo pequeño formado por un macho adulto y dos hembras.
Estas fotos son del primer grupo donde la madre parece indicarle al joven macho que es más prudente esquivar a los fotógrafos locos que se deslizan por la ladera o sea a mi.
Respete su decisión y me contenté con una foto de grupo donde se aprecia la montaña y la luna.
El mismo grupo nos lo encontramos pocos metros más lejos a la mañana siguiente, también con poca luz. Esta vez el macho jóven se mostró más amistoso, confiado o ambas cosas. Seguramente empieza a entender que tener una cornamenta en la cabeza le permite ciertas licencias.Desde el otro lado de Madison River divisamos a el macho adulto por primera vez cuando oscurecía. Le acompañaban dos hembras, un número pequeño para tratarse de un harén. Una de ellas parecía de menor tamaño (¿una cría?). El semental hizo apresurar a sus dos acompañantes que corrieron ladera arriba mientras el se quedó estudiando desde el otro lado de la orilla. De todas las fotos solo he salvado una debido a la mala calidad (a penas había luz y el animal estaba lejos).
La idea de levantarse temprano era poder llegar a Lamar Valley a tiempo de tener alguna oportunidad de ver osos (grizzlies) y lobos pero por un lado el agotamiento de varios dias en el parque y las oportunas obras en la carretera nos hicieron retrasarnos más de 1 hora.
Como era de esperar encontramos montones de bisontes ...
La experiencia en Lamar Valley no fue tan excepcional como la había visualizado en mis sueños pero tuvimos tres encuentros memorables con Pronghorns.El primer encuentro nos pilló por sorpresa y fue una persecución de un macho a otro, posiblemente para "ponerle en su sitio". Los dos animales salieron a carrera de entre el resto de la manada y en pocos segundos pasaron a pocos metros de donde teníamos aparcado el coche, cruzando la carretera. Mi tiempo de reacción no fue lo suficientemente rápido como para captar el momento más emocionante, pero en mi defensa diré que estos animales son considerados los más rápidos del hemisferio occidental (con velocidades cercanas a los 100 km/h).
Por cierto, estos animales también pueden encontrarse con mayor dificultad en California del Sur, cerca de San Luis Obispo.
El segundo encuentro fue con un macho joven que pastaba en lo alto de una ladera. Estaba bastante frustrada por no haber conseguido ninguna foto decente de estos extraordinarios animales. Así que decidí bajar del coche y emprender yo una persecución parecida a la que había observado hacia varios minutos.
Las probabilidades de éxito eran muy bajas. Para empezar en mi mejor momento físico corro bastante menos que el más cojo de estos animales; que además después de la experiencia de una semana he descubierto que son bastante evasivos. Por otro lado, últimamente no estoy precisamente en mi mejor momento: con un embarazo que empieza el 7 mes subir una ladera persiguiendo a un ungulado es una apuesta casi perdida.
Dudé si pedirle a Omer que me acompañara por precaución o indicarle que esperara, ya que si es complicado que el animal tolere la presencia de una persona lo es más que no se sienta amenazado si los intrusos son dos. Finalmente, le pedí que esperara abajo y empecé a ascender.
El animal estaba pastando pero me observaba de reojo y mantenía la distancia, subiendo cada vez más arriba. Yo ascendía en paralelo deseando poder ver algo más que un trasero peludo a una distancia constante de mi por más que yo estaba sacando el hígado.
Finalmente el animal paró y me contempló a escasa distancia: aún no tengo claro si fue debido a mis encantos o a que los profundos jadeos que yo hacía le convencieron de que no era un "depredador" muy temible. Poco me importaba en aquel momento mantener la dignidad, le hice unas pocas fotos y empecé a descender lentamente para no abusar de su paciencia. Mientras bajaba disfrutaba de mi momento de gloria.
El tercer encuentro fue una tierna escena de una familia al completo. La cría descansaba estirada en el suelo, la madre permanecía cerca y el papá sobre el punto más elevado vigilaba alerta, permitiendo descansar a la familia hasta que dio la señal de continuar la marcha.
Aunque esta vez los individuos estaban mucho más cerca de la carretera y sobre terreno llano, decidí no acercarme para no estresarlos.
En Hayden Road, otro de los lugares para avistar wildlife pude divisar a lo lejos una águila calva (bald eagle) que descansaba sobre un pequeño arbusto. Si me hubiera quedado algo de energía hubiera intentado acercarme pero dado que en Klamath habíamos podido ver varias águilas calvas a muy poca distancia durante las Navidades pasadas, decidí que el premio no era tan grande en caso de éxito.
Completamente por sorpresa, nos encontramos a un pequeño grupo de Mule Deers formado por tres machos y una hembra.
Este tipo de ciervos es de mis preferidos, posiblemente por la combinación de orejas grandes y ojos vivos que les hacen tener una apariencia más adorable que a sus primos los Elks. Por no hablar de que tienen una constitución mucho más grácil.
Hasta ahora la mayoría de mis encuentros con Mule Deers se habían dado con hembras, por lo que ésta no captó demasiado mi atención. Sin embargo, pocas veces había tenido la oportunidad de ver a un macho tan cerca y tan exuberante. No parecía nada tímido y yo no esperé una más clara invitación. Era un ejemplar precioso y relativamente joven. Desafortunadamente nuestra historia de amor acabó abruptamente cuando pasó por la carretera un camión ruidoso con un perro ladrador de copiloto.
Otra de las paradas obligadas era Old Faithful. Tuvimos suerte y llegamos justos para ver el geyser en erupción (que suele tardar unos 50 minutos), además durante nuestra breve estancia otro de los geysers también se animó.
Una breve parada en el area de Black Sand Basin, donde hay más geysers como el Cliff, varias pools populares como la Emerald y la Rainbow, y por supuesto, varios bisontes en las proximidades.
Finalmente una visita a Mammoth Hot Springs, otra de las maravillas más fotografiadas de Yellowstone. Durante diferentes temporadas y épocas, diferentes springs han entrado en actividad.
La última sorpresa del día fue la presencia de varios elks en la zona de servicios de Mammoth. En esta época, y con cornamenta nueva, los machos empiezan a pelear por hacerse con su harén particular de hembras. Los rangers del lugar no daban abasto intentando mantener al cúmulo de turistas a una distancia prudencial, y estos a su vez no daban crédito a sus ojos al ser sorprendidos por un fornido elk macho que paseaba su numeroso harén por las calles. El macho vencedor respondia a los bramidos de un segundo elk macho que resonaba amenazador a lo lejos. Uno de los rangers explicaba que la noche anterior había tenido que mantener a raya a este adversario que intentaba apoderarse del harén. A parte de eso se mantenía vigilante ante la presencia de turistas entusiastas e intentaba atender a los reclamos de varias de las hembras. Después de observarlo un rato, casi me dio lástima, tenia los ojos medio cerrados de un animal que no ha pegado ojo en un buen rato. Supongo que es el precio de querer tener la exclusiva en la propagación de material genético ... y de la diversión que esto conlleva.
¿Pura imagen de sumisión o de aburrimiento?
Algo más tarde, encontramos al macho "perdedor" dormitando en el césped, quizá reponiendo fuerzas para otra tentativa de hacerse con el control. ¡Al menos no había "perdido el sueño"!Uno de los ranges se refirió a él como "the mean one" o sea el "maloso", pero bajo mi humilde punto de vista el "mean one" era el otro, por no querer compartir ...
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